LA DEHESA

Hábitat natural dónde vive en libertad el cerdo ibérico: allí disfruta todo el año de un complejo hotelero de lujo en absoluta libertad y se alimenta de forma sana y natural, realizando el ejercicio necesario para mantenerse en forma y potenciar esa inimitable manera suya de infiltrar la grasa en la carne.

 

Esta característica genética dará lugar a las peculiares vetas blancas que otorgan a los productos derivados de esta raza una untuosidad, aroma y sabor inigualables. El cerdo ibérico convierte gran parte de los nutrientes con que se alimenta en una grasa fluida y delicada, carente de colesterol.

Un cerdo ibérico, para su crianza en bellota, necesita de promedio una  hectárea si se trata de una dehesa con densa arboleda. Si fuese de densidad media se necesitaría mas superficie por animal.

 

La dehesa en España se localiza en el Oeste y Suroeste. Grandes extensiones de encinas centenarias, alcornocales y quejigos que conforman un entorno ecológico único en Europa, dónde los recursos naturales se explotan de forma equilibrada, para permitir su conservación.

La crianza del cerdo ibérico ha permitido la conservación de un ecosistema único e incomparable, la dehesa dónde los cerdos encuentran su principal alimento en forma de bellotas, raíces y tubérculos que le aportan determinados ácidos grasos del tipo oleico y antioxidantes.